Hogar y la Convivencia con Gatos
Los gatos son animales que se adaptan fácilmente a vivir en un hogar humano, siempre que se les ofrezca un ambiente adecuado, cómodo y seguro. Además, los gatos son capaces de establecer vínculos afectivos con las personas que conviven con ellos, siempre que se les trate con respeto, cariño y coherencia. En esta página encontrarás artículos sobre cómo preparar tu hogar para recibir a un gato, cómo educar a tu gato para que se comporte correctamente en casa y cómo mejorar la relación con tu gato y con el resto de la familia.
Cómo preparar tu hogar para un gato
Antes de adoptar o comprar un gato, es importante preparar el hogar para que sea un lugar adecuado para su bienestar. Algunos aspectos que hay que tener en cuenta son:
Elegir un espacio para el gato: el gato debe tener un lugar propio donde pueda dormir, comer y descansar. Este lugar debe ser tranquilo, limpio, confortable y accesible para el gato. Puede ser una cama, una cesta, una caseta o una manta, según el tamaño y las preferencias del gato.
Acondicionar el hogar para el gato: el hogar debe ser un lugar seguro para el gato, donde no haya objetos peligrosos, tóxicos o que puedan dañar al gato o al mobiliario. Hay que revisar el hogar y eliminar o guardar los objetos que puedan suponer un riesgo, como cables, plantas, medicamentos, productos de limpieza, etc. También hay que proteger las zonas que no queramos que el gato acceda, como el baño, la cocina o las habitaciones, con puertas, barreras o vallas.
Proveer al gato de lo necesario: el gato debe tener todo lo que necesita para su cuidado y su entretenimiento. Esto incluye un comedero y un bebedero, un collar y una correa, un cepillo y un champú, un transportín y una placa identificativa, y varios juguetes y premios. Estos objetos deben ser de buena calidad, adecuados al tamaño y al tipo de gato, y renovarse cuando sea necesario.
Cómo educar a tu gato para el hogar
Una vez que el gato llega al hogar, es importante educarlo para que se comporte correctamente en casa y respete las normas de convivencia. Algunos aspectos que hay que enseñar al gato son:
Hacer sus necesidades: el gato debe aprender a hacer sus necesidades en un lugar habilitado para ello. Vigilar al gato, especialmente después de comer, beber, dormir o jugar, y premiarlo cuando haga sus necesidades en el lugar correcto. También hay que limpiar los posibles accidentes sin regañar ni castigar al gato, y evitar que vuelva a acceder a ese lugar.
No morder ni arañar los muebles: el gato debe aprender a no morder ni arañar los muebles, las paredes, las cortinas o cualquier otro objeto de la casa. Para ello, hay que proporcionarle juguetes adecuados para que pueda morder y masticar, y desviar su atención cuando intente morder algo indebido. También hay que evitar dejar objetos tentadores al alcance del gato, y aplicar productos repelentes o protectores en los muebles más vulnerables.
No maullar en exceso: el gato debe aprender a no maullar en exceso, especialmente cuando se queda solo en casa o cuando hay visitas o ruidos. Para ello, hay que ignorar al gato cuando maulle sin motivo, y premiarlo cuando se calle o se calme. También hay que evitar dejar al gato solo durante mucho tiempo, y proporcionarle juguetes o música que lo entretengan y lo relajen.
Cómo mejorar la relación con el gato y la familia
El gato es un miembro más de la familia, y como tal, debe recibir el afecto, la atención y el respeto que se merece. Algunos aspectos que hay que tener en cuenta para mejorar la relación con el gato y la familia son:
- Establecer una rutina: el gato necesita tener una rutina que le aporte estabilidad, seguridad y confianza. Esta rutina debe incluir horarios fijos para comer, pasear, jugar y descansar, así como unas normas claras y coherentes que el gato debe cumplir. Todos los miembros de la familia deben seguir la misma rutina y las mismas normas con el gato, para evitar confusiones y contradicciones.
- Comunicarse con el gato: el gato necesita comunicarse con las personas que conviven con él, y para ello, hay que aprender a interpretar su lenguaje corporal, sus vocalizaciones y sus expresiones faciales. También hay que enseñar al gato a entender nuestras palabras, nuestros gestos y nuestro tono de voz, y usarlos de forma adecuada y consistente. La comunicación con el gato debe ser clara, positiva y respetuosa.
- Compartir momentos con el gato: el gato necesita compartir momentos con las personas que conviven con él, y para ello, hay que dedicarle tiempo y atención. Estos momentos pueden ser de juego, de paseo, de caricias, de aprendizaje o de relajación, según el momento y el estado de ánimo del gato y de la persona. Estos momentos refuerzan el vínculo afectivo, la confianza y la comprensión entre el gato y la familia.
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